LLIBRERIA
PER A
LLEGIR
Cerca avançada

Los buscadores de oro

Los buscadores de oro
El pequeño mundo que uno encuentra al nacer es el mismo en cualquier parte en que se nazca; sólo se amplía si uno logra irse a tiempo de donde tiene que irse, físicamente o con la imaginación : sabemos que Monterroso ha cumplido sobradamente con ese doble mandato. Estas memorias, sin embargo, van más atrás: buscan el oro de la infancia, esos años en que el eco más azaroso de una canción o la extraña resonancia de una frase del Quijote oída al pasar pueden decidir el sesgo de una futura sensibilidad de escritor. Como si Monterroso se preguntase a sí mismo, divertido y algo azorado, de qué genealogía, de qué mundo, de qué niño habrá salido un tipo tan extraño como él mismo.
La respuesta tiene la singularidad renovada de todo cuanto escribe el autor de Obras completas (y otros cuentos); aquí, la búsqueda de los antepasados (que concluye, tras apasionadas hipótesis sobre tatarabuelos ilustres: Por línea inglesa directa, todos descendemos de Darwin), el padre bohemio que dilapidó la fortuna familiar editando revistas literarias y regentando un cine-teatro en el que Monterroso, de niño, veía las películas desde el lado de atrás de la pantalla; un padre, además, tan culto como supersticioso, que si por casualidad nombraba a Alfonso XIII tenía que exclamar inmediatamente: ¡lagarto! . Y el amor infantil por una cantante, y la existencia, no del todo real, de la ciudad de Tegucigalpa...
Si en Lo demás es silencio Monterroso rodeaba desde lo exterior una vida de escritor, en una especie de juego de espejos, en este volumen autobiográfico lo que se plasma es una voz interior, la reconstrucción del origen. A la proverbial, corrosiva ironía de Monterroso se le agrega, entonces, una nota casi insólita de ternura y emoción. El resultado es una búsqueda original en el álbum de la memoria, y hará que el lector pueda, después, relatar su experiencia más o menos de esta forma: Cuando desperté, el oro encontrado por Monterroso todavía estaba allí .
La respuesta tiene la singularidad renovada de todo cuanto escribe el autor de Obras completas (y otros cuentos); aquí, la búsqueda de los antepasados (que concluye, tras apasionadas hipótesis sobre tatarabuelos ilustres: Por línea inglesa directa, todos descendemos de Darwin), el padre bohemio que dilapidó la fortuna familiar editando revistas literarias y regentando un cine-teatro en el que Monterroso, de niño, veía las películas desde el lado de atrás de la pantalla; un padre, además, tan culto como supersticioso, que si por casualidad nombraba a Alfonso XIII tenía que exclamar inmediatamente: ¡lagarto! . Y el amor infantil por una cantante, y la existencia, no del todo real, de la ciudad de Tegucigalpa...
Si en Lo demás es silencio Monterroso rodeaba desde lo exterior una vida de escritor, en una especie de juego de espejos, en este volumen autobiográfico lo que se plasma es una voz interior, la reconstrucción del origen. A la proverbial, corrosiva ironía de Monterroso se le agrega, entonces, una nota casi insólita de ternura y emoción. El resultado es una búsqueda original en el álbum de la memoria, y hará que el lector pueda, después, relatar su experiencia más o menos de esta forma: Cuando desperté, el oro encontrado por Monterroso todavía estaba allí .
Llegir més
Editorial: ANAGRAMA
Matèria:
Hispanoamericana
ISBN: 978-84-339-0955-8
Idioma: Castellano
Pàgines: 110
Estat: Disponible
Data d'edició: 01-09-1993
0.00€(IVA inclòs)
Sense stock