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El crimen perfecto

El crimen perfecto
Esto es la historia de un crimen: del asesinato de la realidad.
Y del exterminio de una ilusión: la ilusión vital, la ilusión radical del mundo.
Si el crimen fuera perfecto, también este libro debería ser perfecto, ya que quiere ser la reconstitución del crimen.
Desgraciadamente, el crimen jamás es perfecto.
Por otra parte, en este libro negro de la desaparición de lo real, no han podido ser descubiertos los móviles ni los autores, y el cadáver de lo real jamás ha sido encontrado.
En cuanto a la idea que preside el libro, tampoco ha podido ser descubierta nunca.
Era el arma del crimen.
Si bien el crimen jamás es perfecto, la perfección, por su parte, siempre es criminal, como su mismo nombre indica.
En el crimen perfecto, la perfección misma es el crimen, de la misma manera que en la transparencia del mal, la transparencia misma es el mal.
Pero la perfección siempre es castigada y su castigo es la reproducción.
Si las consecuencias del crimen son perpetuas, no hay ni asesino ni víctima.
De haber alguno de los dos, un día u otro se conocería el secreto, y se resolvería el proceso criminal.
El secreto, a fin de cuentas, es que los dos se confundan.
Y del exterminio de una ilusión: la ilusión vital, la ilusión radical del mundo.
Si el crimen fuera perfecto, también este libro debería ser perfecto, ya que quiere ser la reconstitución del crimen.
Desgraciadamente, el crimen jamás es perfecto.
Por otra parte, en este libro negro de la desaparición de lo real, no han podido ser descubiertos los móviles ni los autores, y el cadáver de lo real jamás ha sido encontrado.
En cuanto a la idea que preside el libro, tampoco ha podido ser descubierta nunca.
Era el arma del crimen.
Si bien el crimen jamás es perfecto, la perfección, por su parte, siempre es criminal, como su mismo nombre indica.
En el crimen perfecto, la perfección misma es el crimen, de la misma manera que en la transparencia del mal, la transparencia misma es el mal.
Pero la perfección siempre es castigada y su castigo es la reproducción.
Si las consecuencias del crimen son perpetuas, no hay ni asesino ni víctima.
De haber alguno de los dos, un día u otro se conocería el secreto, y se resolvería el proceso criminal.
El secreto, a fin de cuentas, es que los dos se confundan.
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Editorial: ANAGRAMA
Matèria:
Ciències socials
ISBN: 978-84-339-0531-4
Idioma: Castellano
Pàgines: 208
Estat: Disponible
Data d'edició: 01-04-2000
0.00€(IVA inclòs)
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