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                        Cuerpos del rey
                                                                                
                                                                            
                    Cuerpos del rey
                                                                        
                                
                            
                            En este nuevo libro de Pierre Michon se amalgaman de hecho dos obras: Cuerpos del rey y Tres autores.
El tí tulo del libro procede de uno de los textos incluidos: de la contemplación de una foto de Samuel Beckett ante la que Michon recupera la división medieval entre los dos cuerpos del rey: el cuerpo imperecedero de la monarquí a y el perecedero del hombre.
Y así ocurre con Gustave Flaubert o William Faulkner.
Y también con François Villon y Victor Hugo como puntadas ocultas en la trama del propio Michon.
Y con la belleza cegadora de un ignoto escrito de Muhamad Ibn Manglî, escritor cairota del siglo XIV.
Y además Tres autores: de nuevo Faulkner, y los otros dos, Balzac y Cingria.
En el principio fue la emoción. ; Y Michon nos dice que la emoción nace del placer del lector.
San Balzac.
Más allá de la broma, está el incalificable goce de escribir. ; Cingria: Es la alegrí a cadente.
Es la aparición de lo que se escribe y se canta. ; Faulkner: Esa voluntad enunciativa..., ese deseo violento que preside sus frases. ; Poco importa, a la postre, de quién nos hable Michon: todos, al toque de su pluma, que es a un tiempo escalpelo y varita mágica, piedra filosofal al derecho y al revés, serán minúsculos y mayúsculos, enanos y gigantes, carne mortal fallida y arquetipo: los dos cuerpos del rey.
                    El tí tulo del libro procede de uno de los textos incluidos: de la contemplación de una foto de Samuel Beckett ante la que Michon recupera la división medieval entre los dos cuerpos del rey: el cuerpo imperecedero de la monarquí a y el perecedero del hombre.
Y así ocurre con Gustave Flaubert o William Faulkner.
Y también con François Villon y Victor Hugo como puntadas ocultas en la trama del propio Michon.
Y con la belleza cegadora de un ignoto escrito de Muhamad Ibn Manglî, escritor cairota del siglo XIV.
Y además Tres autores: de nuevo Faulkner, y los otros dos, Balzac y Cingria.
En el principio fue la emoción. ; Y Michon nos dice que la emoción nace del placer del lector.
San Balzac.
Más allá de la broma, está el incalificable goce de escribir. ; Cingria: Es la alegrí a cadente.
Es la aparición de lo que se escribe y se canta. ; Faulkner: Esa voluntad enunciativa..., ese deseo violento que preside sus frases. ; Poco importa, a la postre, de quién nos hable Michon: todos, al toque de su pluma, que es a un tiempo escalpelo y varita mágica, piedra filosofal al derecho y al revés, serán minúsculos y mayúsculos, enanos y gigantes, carne mortal fallida y arquetipo: los dos cuerpos del rey.
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