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Viaje al centro de la fábula

Viaje al centro de la fábula
El gran escritor guatemalteco Augusto Monterroso afirmó: La entrevista es el único género literario que nuestra época ha inventado. Y añadió: Visto así, como género, lo mejor sería, bueno, lo mejor sería no ser entrevistado.
Por fortuna a Monterroso no le ha sido posible poner en práctica tal deseo, como lo atestiguan las estupendas entrevistas que componen este volumen. Y así podemos verle en acción, a bote pronto:
El único problema del escritor es escribir bien, con dinero o sin él, con puestos públicos o sin ellos, casado o soltero, virgen o mártir, guerrillero o policía, incendiario o bombero.
Imagino que la crítica está llamada a influir en el público, a orientar al público, no a los autores. Ningún autor serio cree en la crítica, a menos que ésta sea elogiosa para él o contraria a sus colegas.
Si usted tiene ideas en los países latinoamericanos, la policía no persigue esas ideas, no le importan ni las entiende: persigue sus testículos y hará todo lo posible por arrancárselos.
Huyo de las metáforas: sólo los malos escritores se ponen felices con ellas.
La buena narrativa tiende por lo general a la sátira. En el fondo de todo buen novelista o cuentista hay alguien con un látigo: cuando no es así la gente se aburre.
Cuando se aprende a escribir sin titubeos ya no se tiene nada que decir: nada que valga la pena.
Por fortuna a Monterroso no le ha sido posible poner en práctica tal deseo, como lo atestiguan las estupendas entrevistas que componen este volumen. Y así podemos verle en acción, a bote pronto:
El único problema del escritor es escribir bien, con dinero o sin él, con puestos públicos o sin ellos, casado o soltero, virgen o mártir, guerrillero o policía, incendiario o bombero.
Imagino que la crítica está llamada a influir en el público, a orientar al público, no a los autores. Ningún autor serio cree en la crítica, a menos que ésta sea elogiosa para él o contraria a sus colegas.
Si usted tiene ideas en los países latinoamericanos, la policía no persigue esas ideas, no le importan ni las entiende: persigue sus testículos y hará todo lo posible por arrancárselos.
Huyo de las metáforas: sólo los malos escritores se ponen felices con ellas.
La buena narrativa tiende por lo general a la sátira. En el fondo de todo buen novelista o cuentista hay alguien con un látigo: cuando no es así la gente se aburre.
Cuando se aprende a escribir sin titubeos ya no se tiene nada que decir: nada que valga la pena.
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Editorial: ANAGRAMA
Materia:
Narrativa hispanoamericana
ISBN: 978-84-339-0941-1
Idioma: Castellano
Páginas: 148
Estado: Disponible
Fecha de edición: 01-09-1992
0.00€(IVA incluido)
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