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El Autor/a
Mihura, Miguel
Miguel Mihura, hijo de un actor y empresario de teatro, vivió desde niño en un ambiente teatral, que influiría considerablemente en su obra. En 1932 escribe Tres sombreros de copa, obra que no es entendida por los empresarios, y que se niegan a representarla, por lo que el autor decide cambiar de rumbo y hacer obras más burguesas, en línea con lo que se lleva en esos momentos. Durante la guerra civil funda y dirige La ametralladora, revista de humor de la zona nacional, donde ya se puede ver su particular concepción del ingenio. Alcanzará un gran éxito con su siguiente revista, La codorniz, fundada por él en 1941. Su humor, totalmente original, fresco y descabellado, seguía las directrices de lo que se hacía en Europa por aquel entonces. Después de vender La codorniz decide pasarse al cine, donde escribirá numerosos guiones y reanudará su creación teatral en 1953, continuándola hasta 1968. Sin embargo, todas sus obras están por debajo de la genial Tres sombreros de copa porque se ve obligado a frenar su libertad creadora y su magnífica imaginación. Son los años de A media luz los tres, El caso del señor vestido de violeta y Carlota. Pero alcanzará el éxito total del público con Melocotón en almíbar (1958) y Maribel y la extraña familia (1959), La bella Dorotea (1963) y Ninette y un señor de Murcia (1964).
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Prosa y obra gráfica
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Mihura, Miguel
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Prosa y obra gráfica
Prosa y obra gráfica
Mihura, Miguel

En 1952 se estrenaba "Tres sombreros de copa" con veinte años de retraso.
Treinta antes, Mihura había publicado Tragedia breve de una señorita , un cuento breve que permitía deducir el sentido del humor que precedió y acompañó a su teatro.
Yo, que amo el refrito -escribiría Mihura-, he publicado en "La Codorniz" muchos chistes y artículos que había publicado hace quince años en "Gutiérrez" .
Úsese este libro como lo que es: un repaso por su obra gráfica y periodística, que permite vislumbrar los estratos y materiales del humor que edificó su estilo.
El lector tiene ante sí un singular museo de curiosidades: un leopardo aficionado a la música descriptiva, un cocinero de ocasos, una vieja a la que se le habían muerto todos los dientes, una lágrima que cae bajo las ruedas de un vagón y la destroza, un paisaje de arrugas muertas a planchazos, una nariz desagradecida que puede competir con la de Gógol...
Estupenda la Sección dedicada a explicar bien cómo son determinadas cosas: por ejemplo, el metro , que casi es una historia de cronopios, o la hormiga , cuyo principio recuerda La esfinge de Poe.
Y las ingeniosas dilogías.
Es conocida aquella de Jardiel: Pasaron cinco minutos y dos aeroplanos .
Mihura escribe: Después de hacerme esta reflexión y un siete en la americana... .
Museo que tiene además la ventaja de ser un espejo de la historia: alusiones más o menos picantes que Mihura hacía en 1925 no habría podido -ni querido- hacerlas treinta años después.
Personajes, lugares, situaciones, incluso textos, que años después renacerían en sus comedias.
Curiosas premoniciones: ¡Y se quejaba Greta Garbo en el 29 de las maquinitas de retratar! .
En su humor previó los pisos como cárceles; las ciudades como desiertos, como hormigueros o como infiernos; supo que todos los niños se estropean cuando crecen, y que siempre que se viene de la guerra se pierde algo .
Juan de Mairena aseguraba que el hombre es el animal que usa relojes .
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Editorial: Ediciones Cátedra
ISBN: 978-84-376-2139-5
Idioma: Castellano
Medidas cm: 15.5 x 22
Páginas: 1536
Estado: Disponible
Fecha de edición: 04-12-2004
0.00(IVA incluido)
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