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El Autor/a
Gautier, Théophile
THÉOPHILE GAUTIER (Tarbes, 1811-1872) nació en el seno de una familia de clase media-baja con la que muy pronto hubo de instalarse en París. Estudió en el Lycée Louis-le-Grand y en el Lycée Charlemagne, donde se hizo amigo del poeta y novelista Gérard de Nerval. Sus predisposiciones naturales orientaban su vida hacia la pintura hasta que conoció a Victor Hugo, quien le inculcó su gusto por la literatura. Gautier asistió con entusiasmo al estreno de su drama Hernani en febrero de 1830. Durante esta velada, que pasaría a la historia literaria francesa, tomó partido por la fracción romántica que defendía a Hugo contra los partidarios del clasicismo. En ese mismo año aparecerá su primera colección de versos, financiada por su padre. En 1835, Honoré de Balzac le ofrece una colaboración con el periódico La Chronique de Paris. Gautier publicará en él (a menudo por necesidad) varios cuentos y críticas de arte. También colaborará con France littéraire y La Presse hasta 1855, consagrándose luego al periódico Le Moniteur universelle hasta su desaparición en 1868. Viajero infatigable, Gautier se declaró siempre fiel a las elecciones estéticas de su juventud, y, aunque su escritura evolucionase a la postre hacia el formalismo, siguió siendo romántica hasta el final. En las últimas décadas, la efervescencia de los estudios críticos en torno a su obra ha hecho justicia a un escritor admirado por autores de la talla de Mallarmé o Baudelaire (quien le dedicó Las flores del mal), pero también marginado por muchos de sus contemporáneos.
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La muerta enamorada
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Gautier, Théophile
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La muerta enamorada
La muerta enamorada
Gautier, Théophile

La Muerta Enamorada es un delicioso relato, al más puro estilo romántico, donde la realidad y el sueño se confunden, y donde la vida y la muerte se entrelazan, diluyéndose la delgada frontera que, en ocasiones, las separa.
Se trata de una de las obras que más evidencia el estilo y el arte de Gautier.
En ella el día y la noche, lo real y la ilusión, lo grotesco y lo sutil, la seducción y la repugnancia plasmadas en un tono enigmático y atrayente, propio del autor se funden de manera imperceptible para engendrar lo sublime: la belleza.
Ésta es, pues, una novela corta en la que un anciano sacerdote relata su única experiencia con el amor, que vivió en su juventud y que le fue ofrecida por un espectro de la noche, por un ángel o demonio , dotado de las más excelsas emanaciones de sensualidad, ternura y belleza.
Romuald, que hasta entonces había sido un casto y correcto ferviente servidor del Dios, se encuentra, de repente, sumido en una fascinación inexplicable por una pasión siniestra.
Y Clarimonde, la vampira de este relato, y la más voluptuosa, inofensiva y atrayente mujer que pueda existir tiene, como la prosa de su creador, una magia perfecta; es la encargada de arrastrar al sacerdote hasta los más profundos y oscuros abismos, en los que la belleza resplandece de forma extraña y fascinante.
A lo largo de las páginas de La Muerta Enamorada, Gautier desarrolla uno de los temas más recurrentes de su obra: el sueño; lo que sucede en la vigilia y en el sueño del perturbado sacerdote son siempre acontecimientos absolutamente distintos y contradictorios.
La confusión de la existencia del protagonista entre lo real y lo soñado lo arrastran prácticamente a la locura, hasta el punto de no saber si es un generoso sacerdote que cada noche sueña con ser un galán fatuo, un joven libertino, señor de la más hermosa y voluptuosa mujer o si, por el contrario, es el joven que se entrega a los placeres y que sueña que es un mortificado sacerdote.
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Editorial: Artemisa Ediciones
ISBN: 978-84-96374-30-0
Idioma: Castellano
Estado: Disponible
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