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La exégesis bíblica ha entrado en una nueva época.
Sobre ella deja sentir sus efectos el agitado movimiento en que se encuentra la Iglesia Católica.
Por eso, la Introducción al Nuevos Testamento, de A.
Wikenhauser, que había conseguido gran prestigio tanto por la riqueza y solidez de sus ideas como por la sobriedad con que se estudiaban los innumerables problemas de una introducción, necesitaba, para ser reeditada, une refundición completa, que adoptara una postura independiente con respecto a las cuestiones nuevas que han surgido en la ciencia de la exégesis y que tuviera en cuenta el progreso general de las investigaciones.