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El culto a la Madre se remonta a una gran antigüedad. En la India, aparece en los textos sagrados de las épocas más remotas y no ha dejado de manifestarse hasta nuestros días, con una vitalidad que nunca ha decaído. El objeto de los himnos que recoge este libro es la Divina Madre. La Divinidad suprema no es macho ni hembra, ni neutra, pero los hombres, para referirse a ella, han de recurrir necesariamente a expresiones del lenguaje cotidiano y, así, mientras unos dan al Ser creador el nombre de Padre, los adoradores hindúes hablan más bien de la Madre del Universo. La Diosa tiene infinidad de aspectos, que el arte y la poesía hindúes expresan de forma maravillosa, como se ve en estos hermosos Himnos, llenos de devoción y de una alta intensidad poética.