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Los Diarios de un artista. Quien se acerca a ellos suele acechar el "estigma del genio", la debilidad íntima en la raíz de la obra. Los contemporáneos del artista, que lo conocen no sólo por sus productos, sino también como figura pública, adivinan una cara oculta de su personalidad. La novelista George Sand, que ha tratado a Delacroix durante más de diez años, describe sus cualidades de conversador ingenioso y brillante, de hombre sociable. Pero advierte enseguida que, bajo la apariencia desenvuelta, se esconde en el pintor "un fondo de melancolía filosófica, resultado inevitable del ardor del genio enfrentado con la claridad del juicio".