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Poco podría imaginar el joven Brian de Palma, matriculado en física en la Universidad de Columbia, que se convertiría en uno de los directores más importantes de su generación. "Yo sólo quería ser físico y construir máquinas", ha dicho al respecto enalguna ocasión. Pero ese interés por las máquinas lo mostró también por las técnicas cinematográficas y la experimentación. Sus primeros largos son los de un director deseoso de mostrar todo lo aprendido en los docuementales y el cine de la época -Nouvelle Vague y Jean Luc Godard sobre todo. Y en sus películas más reicentes, incluidas aquéllas en las que ha hecho claras concesiones al cine comercial de Hollywood, sigue demostrando su insaciable curiosidad y su capacidad para seguir sorprendiendo, a pesar de la opinión de sus numerosos detractores.