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Nada en Angel Rock es previsible.
Tom Ferry tiene trece años y vive en un pequeño pueblo de Australia donde los niños todavía van descalzos al colegio y casi nunca sucede nada. O eso parece.
Porque cuando su hermano y él se pierdan en el desierto, empezarán a surgir las más inesperadas historias. El niño que nunca regresó. Los vecinos que sienten una presencia misteriosa que les acecha desde la profundidad del bosque. La joven que se suicida sin explicar por qué
Gibson, un policía que llega desde Sidney para buscar la verdad, se irá dejando atrapar por este lugar en el que todos tienen algo que esconder, en una novela de vidas cruzadas en la que se combinan con habilidad el suspense, la aventura y el retrato social.